Esta historia es real. Ocurrió hace unos años en un pueblo, un día de Halloween. En este pueblo, había una enorme casa abandonada, se contaban leyendas de que había sido el hogar de una bruja que aterrorizaba el pueblo, también se dice que secuestraba a los niños, y se los comía vivos. Para Pumpky, era un día especial, había pasado semanas esperando la fiesta de Halloween, se había hecho un disfraz de fantasma con una sábana vieja a la que le había hecho algunos agujeros donde irían los ojos y la boca. Había quedado a las nueve de la noche con sus amigos de la escuela, para ir a dar sustos a los habitantes del pueblo, como se hacía en Halloween. Allí estaban en la puerta de su casa, un niño disfrazado de calavera, y una niña disfrazada de bruja. Punpky salió de su casa y se reunió con sus amigos. —Chicos tengo una idea.—Comentó Pumpky.—¿Por que no vamos a la casa abandonada?. 

Aquí teneis una muestra de los que será el Legado Demoniaco. No es el primer capitulo, pero creo que es uno de los que mejor defienden esta apasionante historia de dragones y demonios.

Los cinco poderes
fue bastante tranquilo, un silencio sepulcral se adueñaba del vehículo. Ni Yonath y Aleàn abrieron la boca en un tiempo, el hombre había sido siempre una persona seria y reservada. En cuanto a la muchacha, estaba muy ocupada pasando las páginas del Sacro Escribo, buscando alguna imagen, algo que no le costó encontrar. Estaban todas juntas, justo más o menos a la mitad del libro. En realidad eran unas diez fotografías de frescos encontrados en templos y castillos de la época Eruniana. En uno se podía verz una resplandeciente luz iluminando a un hombre con túnicas; en otra de las estampas, se contemplaba a dos caballeros con el emblema del "ojo pentagonal" atacando a un dragón rojo con afiladas espadas de gran longitud.

Aquella mañana, como todos los días se levantaba el hombre, se vestía y desayunaba un café con leche bastante cargado, con algunos cereales.
Daba un beso en la mejilla a su mujer, también de su edad, con el pelo completamente blanco y media melena.
Y acto seguido caminaba desde su casa a la Juguetería. Todavía medio dormido soñaba despierto, soñaba con el tiempo en que los juguetes tradicionales volvieran a estar de moda.
Últimamente, la gente se descargaba los juegos desde el ordenador o incluso desde su videoconsola. La mayoría de todos esos juegos eran piratas, no había mucho dinero. Y el poco que se tenía se usaban en cosas más importantes, que un simple juguete.
El hombre esa mañana abrió su juguetería a las diez, como hacía todos los días. Como quien no quiere la cosa, un joven de unos 22 años, apareció por la tienda. El chico parecía extraño, tenía el pelo largo y una camiseta de color oscuro de una banda de Heavy Metal. —Buenos, días.—Dijo el chico. El hombre también saludó. —Vengo buscando unas figuras Warhammer.—Añadió el chico. El hombre señaló una vitrina de cristal que tenía al fondo de la tienda, mientras acompañaba al chico hasta allí. —Normalmente, no suelo tener muchas, es lo que más vende, aunque no quiero arriesgarme. El chico se quedó mirando un producto en concreto, no eran las figuras por las que preguntaba. Un blister del tamaño de una caja de DVD se mostraba ante el. Tenía mucho polvo, pero aún así se podía contemplar lo que era. —No me lo puedo creer.—Dijo el chico asombrado.—Un Divi®. —Hace años que lo tengo, fueron muy populares a finales de la decada de los noventa, pero ahora... —Se equivoca señor, puede que ya los niños no estén interesados en este juguete electronico, pero hay un montón de gente que pagaría una buena suma de dinero por estos dispositivos. Hace unos meses, ha salido un videojuego, para telefonos móviles y videoconsolas portátiles que emulan a este juguete. ¿sabe lo que eso significa? —De hecho hay gente de mi entorno que estaba buscando uno de estos por nostalgia. —Olvidesé de los Warhammer, quiero este Divi® cuanto cuesta. —Son veinte euros.—Dijo el juguetero. —¿Bromea?—Dijo el chico.—Le pagaré por el 50 euros.—El chico recordaba que este dispositivo alcanzaba el precio de 300 euros en eBay. —Lo siento mucho, pero no puedo aceptarlo, este juguete no vale tanto dinero. —Si que lo vale, señor. —Te agradezco la oferta, pero no puedo, no puedo aceptarlo, tengo más de estos, y si fueran tan valiosos como dices se habrían agotado. Además hay grandes almacenes que venden este mismo dispositivo por 18 Euros. La nueva edición, pero usted tiene el original, estos aparatos pueden costar cientos de euros en internet. Si tan importante es para tí, entonces te lo regalo. Total de que me va servir, esta tienda podría cerrar de un momento a otro. —Muchas gracias señor.—Dijo el chico.—Tenía cargo de conciencia, el hombre de la jugetería le había regalado un Divi de los originales, así que además se llevó varios Warhammers, algunas figuritas de coleccionismo y un dragón de resina. ULTIMO CAPÍTULO MUY PRONTO

Hacía ya mucho tiempo, que apenas nadie pasaba por allí, no había luz en aquel lugar. Las cajas estaban descoloridas por el sol, los peluches estaban llenos de polvo y hacía años que los trenes no se movían.
El dueño de la tienda, un humilde jugetero, de unos cincuenta años, con una calva en la cabeza, el pelo que le quedaba era de color gris, vestido con un delantal marrón de cuero. Estaba triste por su negocio. Aún recordaba cuando las navidades traían a los niños a su tienda, para ver y probar los juguetes, cuando los reyes magos venían a su local en busca de los jueguetes para los niños.
Pero eso ya no pasaba, al menos no en tanta medida, los tiempos habían cambiado, los padres, se habían vuelto más hostiles, los niños ya no tenían ilusiones, el mundo era, como decirlo, más frío.
El hombre, se había planteado en cerrar la juguetería, pero aún había una ilusión, amaba su trabajo, y a pesar de todo, seguía allí en aquella tienda situada en una calle escondida del centro de Madrid.
Algunas veces, las tiendas eran frecuentadas por fanaticos, donde compraban juguetes, que no habían tenido cuando ellos eran niños, por unos segundos su local se llenaba de alegría.

CONTINUARÁ....